«Revolution». Otra metedura de pata de J.J. Abrams.

El que fuera productor ejecutivo de Lost (Perdidos), sigue sin levantar cabeza desde Fringe (Al límite). La  sombra de Perdidos le persigue allá donde produzca o dirija para la televisión. Y no parece aprender. No debería seguir por el camino de series como la (afortunadamente) cancelada Alcatraz. Sigo pensando que J.J. Abrams tiene talento. Pero eso no justifica que esté detrás de soporíferas creaciones como Revolution, promocionada a bombo y platillo por la cadena NBC y escrita por Eric Kripke, que pocas cosas buenas tiene en su haber. El estreno es el 17 de septiembre, pero ya se puede ver online desde la web de la propia NBC desde el 4 de septiembre, sólo para residentes en EE.UU. Pero, como bien sabemos, cuando una película o episodio televisivo aparece online (aunque sea sólo en EE.UU.) no tarda nada en estar disponible para el resto del planeta. ¡Ah, Internet…!

Revolution y sus protagonistas. Otra serie con la que no hay que perder el tiempo.

El mundo está inmerso en una época post-apocalíptica. Por motivos desconocidos, fuera de toda lógica y base científica, la humanidad sufre un apagón peculiar: todos los aparatos que funcionan con electricidad dejan de funcionar. Se produce, por tanto, una regresión a un mundo medieval donde los estados pierden autoridad y la ley del más fuerte cobra protagonismo. Aparecen multitud de gobiernos ajenos a países y banderas; repúblicas y caciques gobiernan «a punta de espada» y el empleo de las armas de fuego está condenado con la muerte. Aparentemente esta regresión tiene un origen «lostiano»; en el fondo hay una especie de conspiración donde sólo unos pocos saben la causa del apagón.

La idea que subyace, pobre y poco atractiva, podría haberse explotado con un guión mejor trabajado. Pero el guión de Eric Kripke es flojo y encima la producción echa aguas por todas partes. Si bien es evidente que tras quince años de parón tecnológico la naturaleza vuelve a gobernar el planeta y la humanidad debe adaptarse a las circunstancias, choca ver a los protagonistas de este mundo apocalíptico tan bien afeitados, vestidos y arreglados. Basta ver el póster de arriba para darse cuenta de que ninguno de los personajes tiene barba (excepto el gordito ex-accionista de Google) y no aparentan vivir en un mundo sin las comodidades que brinda la electricidad. Los personajes aparecen hasta con cejas depiladas y hasta parece que vayan perfumados…

La narración aburre soberanamente. Ni siquiera el brillante actor Giancarlo Esposito, bien conocido por su papel de Gustavo Fring en la magistral Breaking Bad, puede salvar este naufragio televisivo. Y poco más se puede decir de Revolution. Le daré otra oportunidad, porque no es adecuado criticar toda una serie basándose sólo en el piloto… pero difícilmente puede mejorar mucho lo visto.

Estamos llegando a la estación de los estrenos, donde todas las cadenas ponen toda la carne en el asador. Aunque todavía quedan días para los estrenos oficiales de un buen número de series ya están disponibles para los internautas algunos lanzamientos que numerosos serieadictos están  esperando: Last Resort y Elementary, por ejemplo. De ellas ya hablaré próximamente. Están también al caer los regresos de las profundamente decepcionantes The Walking Dead y American Horror Story, que sorprendentemente tienen muchos seguidores… y yo no me incluyo entre ellos.  Pero no olvidemos que no queda nada para el regreso de las grandes Homeland, Dexter, Fringe, Community y The Big Bang Theory.