Cuando Star Wars se plagia a sí misma
Muchos años hemos esperado al Episodio VII de Star Wars. Lo hemos esperado sobre todo aquellos que en nuestra infancia o adolescencia vivimos, allá por 1977, el nacimiento de un mito llamado Star Wars. La guerra de las galaxias fue el advenimiento de una mitología en forma de película que sacaría a la ciencia-ficción del encasillamiento como género menor cinematográfico. Hemos esperado exactamente 37 años para que J. J. Abrams nos venda un producto taquillero que derrocha dinero, medios y efectos especiales para destrozar esa ilusión.
Porque Star Wars: Episodio VII – El despertar de la Fuerza ha sido, en conjunto, un entretenimiento de efectos especiales muy bien llevados en pantalla, pero envuelto alrededor de una línea narrativa pobre, cutre, infantil y ridícula. A los millennials eso les dará igual, pero a los carrozas, en su mayoría, les habrá sentado como si abofeteasen a tu padre o a tu madre.
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