Que no está muerto el blog que puede yacer eternamente

¿Estamos ante un cierre del blog?

Citando a mi querido H. P. Lovecraft voy a cerrar el año 2020 con una única entrada. Empecé este blog hace diez años escribiendo sobre el cine de Wong Kar-Wai, y continué reseñando sobre series con un buen ritmo, con dos o tres entradas al mes para opinar, principalmente, de series. Aquella sí que era una edad dorada de la ficción televisiva: por aquel entonces acababa de terminar la serie Lost y la entonces apenas conocida Breaking Bad estaba en plena efervescencia…

¡Tenía miedo en la Premiere de Juego de Tronos de 2014! ¿Debo tener miedo ahora?

¿Dónde nos encontramos ahora? Estamos en el punto donde, a pesar de tener una apabullante oferta de series bajo streaming, con todas las cadenas de televisión invirtiendo millones en ficción televisiva, la calidad brilla por su ausencia. No recuerdo un panorama tan desolador en la seriefília, tan carente de imaginación y oficio en las narraciones. Panorama triste que queda más elocuente con la contradicción que supone los abultados medios económicos a disposición de productores, guionistas y directores. Lo cual me ha llevado a plantearme dejar de escribir sobre series o cine y plantearme dar el cierre a este blog, que lleva abierto desde noviembre de 2010.

La edad dorada de las series ha muerto, según Scorsese

A punto de empezar el último año del segundo decenio del siglo XX tenemos a todo el mundo enganchado a esta o aquella serie, con todo hijo de vecino suscrito (por activa o por pasiva… tú ya me entiendes) a plataformas como Netflix, Amazon Prime Video, HBO o Movistar+, por sólo citar a algunas. Y subrayo «en España», ese país donde sería imposible implantar streaming de pago debido a la rampante piratería… o eso criticaban desde la mismísima Netflix hace ya algunos años. ¡Cómo ha cambiado el panorama! Pero… ¡ay! Entonces aparecemos algunos pesimistas, donde me incluyo yo y unos pocos más, entre los que incluyo a mi querido Martin Scorsese.

En noviembre de este 2019 que está a punto de terminar el veterano maestro del séptimo arte Martin Scorsese publicaba un artículo en el New York Times titulado A qué me refiero con que las películas de Marvel no son cine. Os recomiendo su lectura y posterior reflexión.

Martin Scorsese

El maestro Scorsese comenta en el artículo que las películas de Marvel «no eran para mí, pues me parecían más parques de atracciones que películas tal como las he conocido y amado durante mi vida y que, al final, no creía que fueran cine». Aquí no solo habla del cine de franquicias, de Marvel, de DC Comics o superhéroes en general: Scorsese lo está generalizando a la gran mayoría del espectro cinematográfico actual. Y continúa diciendo que para él el cine «gira en torno a los personajes: la complejidad de las personas y sus naturalezas contradictorias y a veces paradójicas». Sobre este punto os pido una reflexión sobre cuántos personajes complejos podéis apreciar en las series o películas que podemos ver en estos días. No estoy diciendo que no existan, pero es difícil encontrarlos.

Parece que, a día de hoy, cuanto más dinero tiene una producción más se gasta en efectos especiales y menos en buscar un equipo de producción con oficio. Quiero matizar que esta opinión mía no se extiende, cómo no, ni a todas las producciones ni a todos los trabajos. Pero, en general, parece como si el público que va a las salas de cine se estuviera volviendo cada vez menos exigente y busca sólo entretenerse de la manera más fácil, sin complicaciones. ¿Para qué ver un drama? ¿Para qué complicarse con personajes con historias complejas?

Para Scorsese y los cineastas de su generación el cine era una forma artística de mostrar una narración en pantalla. Artística, porque por algo al cine se le denomina el séptimo arte. Y esto se puede extender al mundo de las series.

En los dos últimos años he empezado a ver series que he abandonado tras el visionado de su segundo episodio. Y con muchas otras ya ni he tenido la paciencia de aguantar hasta el final del primer capítulo. Es verdad, he visto algunas series sobresalientes como Manhunt: Unabomber de Netflix o Heridas Abiertas de HBO. Y algunas pocas más. Sí, me diréis «Pero no has visto XXXXX, que es una serie sobresaliente». Es cierto: estoy viendo muchas menos series en comparación con las que veía hace cuatro años. La culpa la tiene, en parte el esfuerzo que estoy poniendo en otras pasiones que tengo a día de hoy: la divulgación de la ciencia en estos oscuros tiempos de pseudociencias y el regreso a mi vieja afición de la adolescencia con los juegos de mesa y rol. Debería ver más series… pero tampoco veo a mis amistades o críticos de cine y series de confianza hablar con pasión de series que me atraigan.

El año pasado escribí sólo una reseña. Este año ni siquiera he hablado del triste (por mucho motivos) cierre de Juego de Tronos, esa serie de la que tanto había escrito en este humilde blog. Con todo, me he estado planteando cerrar este humilde blog. Pero entonces… entonces me acordé del Gran Cthulhu y de las obras de Lovecraft: «Que no está muerto lo que puede yacer eternamente«. Y así tomé una decisión.

No voy a cerrar el blog, que yacerá como Cthulhu bajo las aguas en R’lyeh, durmiente hasta que «las estrellas estén alineadas» y vuelvan las series y películas que me devuelvan las ganas de escribir sobre cine y series.

Hasta entonces, feliz 2020. Y nos leemos por las redes sociales.

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