Crítica de Star Wars VII: El despertar de la Fuerza

Cuando Star Wars se plagia a sí misma

Muchos años hemos esperado al Episodio VII de Star Wars. Lo hemos esperado sobre todo aquellos que en nuestra infancia o adolescencia vivimos, allá por 1977, el nacimiento de un mito llamado Star Wars. La guerra de las galaxias fue el advenimiento de una mitología en forma de película que sacaría a la ciencia-ficción del encasillamiento como género menor cinematográfico. Hemos esperado exactamente 37 años para que J. J. Abrams nos venda un producto taquillero que derrocha dinero, medios y efectos especiales para destrozar esa ilusión.

Star Wars Episodio VII: El despertar de la Fuerza – Póster oficial.

Porque Star Wars: Episodio VII – El despertar de la Fuerza ha sido, en conjunto, un entretenimiento de efectos especiales muy bien llevados en pantalla, pero envuelto alrededor de una línea narrativa pobre, cutre, infantil y ridícula. A los millennials eso les dará igual, pero a los carrozas, en su mayoría, les habrá sentado como si abofeteasen a tu padre o a tu madre.

Warning!

Crítica sin espóilers de Star Wars Episodio VII: El despertar de la Fuerza

Disney, desde que se hiciera con los derechos de la saga Star Wars, nos ha abierto el apetito por medio de una espectacular campaña de marketing. Los amantes de la trilogía original, sin embargo, pusimos pie con mucho escepticismo en los cines donde se estrenó en la madrugada del pasado viernes 18. No es para menos, tras haber sufrido la espantosa precuela de Lucas con los episodios I, II y III. Ahora, encima, tenemos la espada de Damocles en forma de castillo de hadas: Disney. Si bien es cierto que el episodio VII ha sido mejor, mucho mejor que La amenaza fantasma (1999), también es cierto aseverar que El despertar de la fuerza es mucho peor que cualquier episodio de la trilogía original.

Está claro que la percepción de cada espectador ante una película de la saga Star Wars está bien influenciada por las expectativas de cada uno. Los que sufrimos con los episodios I, II y III teníamos el listón alto; los que no han visto ningún episodio de La guerra de las galaxias buscaban entretenimiento… y poco más. Pero el crítico que mira más allá de los protagonistas y tiene curiosidad por saber quién dirige, quién escribe y qué productora pone los dólares, entra en el cine con unas expectativas más exigentes. No bastan las trampas en forma de constantes guiños a la película original de 1977.

Star Wars VII El despertar de la Fuerza – Chewbacca y Han Solo.

El guion engendrado por J. J. Abrams, Lawrence Kasdan y Michael Arndt es eso: un engendro. Una chapuza de libreto a la que se le pueden criticar muchas cosas. Pero, sobre todo, clama a los siete infiernos ver una película con un argumento que es un calco de la película La guerra de las galaxias (1977). ¿Otra Estrella de la Muerte? ¿por tercera vez? ¿en serio? ¿es que no aprenden los esbirros del lado oscuro la lección?

La primera y deleznable primera trilogía apuntaba a un público infantil. Esta tercera trilogía apuesta por un público dirigido a aquellos niños que vieron La guerra de las galaxias, El imperio contraataca y El retorno del Jedi, que son ahora padres y quieren transmitir a sus hijos el amor que profesan al universo que creó George Lucas a finales de los años setenta.

En el guion también echan aguas las increíbles carambolas narrativas. Mira que es grande la galaxia (fácilmente rondan los centenares de miles de millones de estrellas en una galaxia como la nuestra), mira que hay planetas en una galaxia, mira que es difícil encontrar algo en un desierto… Pues mira, nuestros protagonistas van y se encuentran aparcado (y con las llaves puestas) al Halcón Milenario Y no hablemos de la facilidad con la que nuestros protagonistas se encuentran por los infinitos pasillos de una Estrella de la Muerte de tamaño planetario o_O

¿Y qué decir del malo Kylo Ren? Bueno, bueno, bueno… Mezcla whisky barato con horchata y nos resulta el personaje Kylo Ren, encarnado por el actor Adam Driver. La sombra de Darth Vader es larga y el villano de El despertar de la fuerza no llega a ser siquiera caricaturesco.

No todo es negativo en esta entrega de Star Wars. Al Episodio VII lo salvan la música de John Williams, la puesta en escena, los efectos especiales y el regreso de queridos personajes como Han Solo, Chewbacca y Leia. No diré nada de las fugaces apariciones de R2-D2, C3PO y Mark Hamill (lo de Hamill ha sido MUY fugaz). Me ha gustado mucho el robot BB-8.

Star Wars VII El despertar de la Fuerza – Rey y BB-8.

Con los protagonistas tenemos una de cal y otra de arena. Me ha gustado mucho el magnetismo natural de la joven actriz británica Daisy Ridley, que llena la pantalla. Belleza clásica, sin aditivos, que además hace bien su trabajo encarnando a la solitaria Rey, chatarrera del planeta Jakku. Por contra tenemos a John Boyega, el desertor stormtrooper FN-2187 (deserta y acaba conociendo, en unos pocos días, a los líderes de la Resistencia). Boyega no sabe actuar y es tan creíble como un billete 3,333333333 euros.

Se han desaprovechado otros intérpretes como Lupita Nyong’o (ganadora de un Oscar por 12 años de esclavitud, 2013) y Oscar Isaac, actor al que recientemente vimos como protagonista en la miniserie de David Simon Show Me a Hero. Y ya no hablemos de lo desaprovechado de un magnífico actor como Max von Sydow (al que veremos en la T6 de la serie Juego de Tronos).

Rey y BB-8 en el desierto del planeta Jakku.

¿Es entretenida El despertar de la fuerza? Posiblemente, en la crítica pocos lo ponen en duda. ¿Es una producción que ha sabido aprovechar los cuantiosos recursos humanos y económicos que Disney ha aportado? Digamos que sí. ¿Está a la altura de los  episodios IV, V y VI? Absolutamente no.

Fotografías | Lucasfilm Ltd. & TM