Reseña del piloto de Better Call Saul, el spin-off de Breaking Bad
La espera llegó a su fin. Better Call Saul, regreso al universo de Vince Gilligan que, junto a Peter Gould, nos devuelven a Albuquerque seis años antes del inicio de Breaking Bad en un spin-off centrado en el abogado de Walter White. Breaking Bad dejó el listón muy, muy alto, por lo que las expectativas sobre su precuela no podían ser menos. Y ya tiene garantizada la segunda temporada.
La cadena AMC simultaneó el estreno de Better Call Saul el mismo día del regreso de The Walking Dead, un lead-in (telonero) para aprovechar el gancho de la serie de los zombies. El segundo epsodio se emitió justo al día siguiente. Y el estreno fue todo un récord: 6.9 millones de espectadores (4,4 millones dentro de la franja de edad más apetitosa, de 18 a 43 años) vieron en EE. UU. el piloto de Better Call Saul. Como si las audiencias nos marcaran la calidad de una producción…
Better Call Saul se emite en España por Movistar Series.
Un estreno esperado… pero decepcionante
Better Call Saul tiene un arranque maravilloso, con un epílogo de Breaking Bad en blanco y negro en la anodina Nebraska, donde ahora vive el otrora picapleitos. Sin necesidad de diálogos, muy en la línea de la serie madre de la que parte, la música, los planos y el semblante de Jimmy McGill (Bob Odenkirk), el auténtico nombre del personaje Saul Goodman, son todo elocuencia. Saul es sólo una sombra de lo que fue…
El arranque de Better Call Saul ha sido una decepción
Es cierto lo poco acertado de juzgar a una serie con el visionado de solamente el piloto. Uno, Mijo, Nacho son los primeros episodios, títulos muy en la línea de Breaking Bad. Me he dado el margen de ver los tres primeros episodios antes de juzgar esta precuela. Por ello, el golpe ha sido duro. Y más duro es, si cabe, reconocer que el arranque de Better Call Saul ha sido una decepción.
Estoy un tanto sorprendido de leer tanta crítica positiva por parte de blogueros y prensa. He leído hasta a alguien que se atreve a clamar, con sólo ver el piloto, que Better Call Saul es mejor que Breaking Bad No sorprende: tirarle piedras al creador de Breaking Bad y a uno de sus guionistas/directores principales sería como considerar superficial a Cervantes o saciante a la comida vegana. Y no estoy diciendo que la serie no destile a Vince Gilligan. Better Call Saul tiene todas las singularidades del Breaking Bad de Vince Gilligan: los colores en el metraje, los planos detalles con los que arrancan algunas secuencias, la narrativa silenciosa, pero elocuente, con planos donde la imágenes y la música son suficientes para comunicar al espectador. Pero, con todo, me siento desnudo…
En Better Call Saul no tenemos al mejor Gilligan ni al mejor Peter Gould
En Better Call Saul no tenemos al mejor Gilligan ni al mejor Peter Gould, ese gran guionista y director de algunos memorables episodios de la serie sobre el profesor de química. Sí, seguimos en el mismo universo de la caravana Fleetwood Bounder del 86 donde Walter y Pinkman cocinaban metanfetamina. Pero en Breaking Bad hay un aroma existencialista, un fatalismo dramático de una historia abocada hacia la tragedia, con sus protagonistas en caída libre. En Better Call Saul no se huele existencialismo, ni el mismo dolor ni la tragedia. Bueno, acabar trabajando en una franquicia de rollos de canela en Nebraska bajo una identidad falsa sí es una tragedia…
Claro que sería ingenuo esperar el mismo producto, una continuidad de Breaking Bad. Durante mucho tiempo todo el mundo estuvo especulando sobre cuál sería la naturaleza de la serie. Saul Goodman era la parte cómica de Breaking Bad en sus puntuales apariciones, el punto de hilaridad del drama, sin olvidar que en su primera temporada Breaking Bad contenía mucho humor negro. Pero ahora Bob Odenkirk es el protagonista, no es un actor secundario y encarrilar el spin-off del personaje del abogado Saul Goodman es tarea ardua, de malabarismos de guión.
Mi crítica, mis pedradas, como podéis ver, no apuntan a la dirección. Como he dicho, la mano que mece la cuna de Better Call Saul es la misma que ha creado una serie consagrada, por méritos propios, en la leyenda seriéfila. La mano con la cámara, la fotografía y la puesta en escena de Better Call Saul son impecables. Mi dedo acusador apunta al guión y sus trampas. Claro que nos gusta volver a ver a los personajes de Breaking Bad y tiene todo el sentido del mundo la aparición de Mike Ehrmantraut (encarnado por el genial Jonathan Banks). Pero ¿Tuco? ¿Tuco?!? ¿Qué otras carambolas nos vais intentara colar? ¿Que la receta de los Pollos Hermanos fue elaborada por la abuela de Saul?
Soy un gran amante del universo de Vince Gilligan, de Breaking Bad, de Bryan Cranston, de la campanita de Héctor Salamanca, de Jonathan Banks, de Tuco, del Denny’s de Albuquerque, de Bob Odenkirk, de los desiertos de New Mexico, del osito rosa tuerto y del hacha de los hermanos Salamanca. Pero esto no es carta blanca.
Seguiré viendo, por supuesto, Better Call Saul, pero no como una pasión seriéfila inconfesable, sino por la grandísima calidad del equipo de rodaje y producción de la serie. Y por Peter Gould. Y por Vince Gilligan. Pero, mucho me temo, que la veré sin pasión.
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