Homeland se reinventa

La cuarta temporada despacha a los odios seriéfilos

La cuarta entrega de Homeland tiene a Carrie y compañía de vuelta y ya no parece estar en el ojo del huracán, como lo estuvo la precedente, defenestrada, maldecida y repudiada tercera temporada. Con la obligación de reinventarse, Homeland es ahora diferente, pero sigue manteniendo lo que la ha hecho una serie tan recomendable. En concreto, seguimos en una realista intriga que bucea en las cloacas de la política internacional, con una efectiva desmitificación del mundo del espionaje y buena mano en una elaborada producción con sobrios intérpretes.

Homeland, Cuarta Temporada - Carrie Mathison

Homeland, Cuarta Temporada – Carrie Mathison.

El mundo de la seriefília rezuma de extremos: desde el fandom que votó por Twitter a Arrow como mejor serie de 2014 en el pasado #BirraSeriesFightClub (todavía sigo alucinado…), hasta aquéllos que endiosaron a Homeland en su primera temporada para luego machacarla sin piedad en la tercera. Como Alberto Rey escribe desde su blog, aborrecer Homeland está de moda

Una historia distinta

Tras la desaparición de Brody en el último episodio de la pasada temporada y con la cadena Showtime decidida a continuar con una serie con muy buena audiencia en EE.UU., Homeland se ve en la necesidad de tomar un nuevo sendero. Personalmente, creo que deberían haber terminado la serie con la muerte de Brody; hubiera sido un excelente cierre y todos tan contentos. No fue una sorpresa el anuncio de la cadena de seguir con la serie. Y no olvidemos que los ecos de la anodina extensión de Dexter siguen escuchándose. Ahora, voy a contaros mis impresiones de esta primera mitad de la cuarta temporada de Homeland.

Homeland, Cuarta Temporada - Peter Quinn y Carrie Mathison

Homeland, Cuarta Temporada – Peter Quinn y Carrie Mathison.

Carrie se nos muestra muy fría y mucho menos temperamental

En el cierre de la tercera temporada, titulado The Star (La estrella), Carrie se gana un ascenso ante Andrew Lockhart, el nuevo jefe de la CIA y es enviada a Estambul como directora de los servicios de inteligencia. Pero el episodio doble con que arranca la T4 nos sitúa a Carrie en Kabul, Afganistán, donde planifica los asesinatos «selectivos» con drones de objetivos yihadistas. Carrie se nos muestra muy fría y mucho menos temperamental, sin sus habituales lloros y pucheros. La frialdad con la que está manipulando al joven Aayan Ibrahim es sólo una pincelada.

En el otro extremo nos aparece un Peter Quinn más sensible que nunca a las consecuencias de su sucio trabajo. Ya vimos que el asesinato accidental de un niño le marcó y afectó profundamente, a lo que hay que añadir los evidentes sentimientos hacia Carrie. Quinn quiere salir, pero su trabajo no es de los que uno pueda dejar alegremente… Por muchas botellas de whisky que se beba.

Saul trabaja en el sector privado, en una agencia de seguridad que tiene negocios con el gobierno estadounidense. Pero Berenson no parece haberse desligado de su pasado en los servicios de inteligencia de los EE. UU., que quieren su regreso debido a las pifias de Lockhart. Es de agradecer que en la T4 sigan apareciendo Saul Berenson (Mandy Patinkin) y Dar Adal (F. Murray Abraham), personajes llevamos maravillosamente por dos soberbios actores.

En el quinto episodio nos han dejado con el suspense del secuestro de Saul, que es sacado de la capital de Paquistán y llevado a paradero desconocido en el maletero de un coche. ¿Por qué ha sido secuestrado el ex director de la CIA? Seguramente para obtener información; de quererle muerto, ya lo habrían asesinado. La pregunta más interesante es ¿quién está tras su secuestro?

Homeland, Cuarta Temporada - Saul Berenson y Dar Adal

Homeland, Cuarta Temporada – Saul Berenson y Dar Adal.

Una serie que sigue la actualidad internacional

El resultado de la pasión entre Carrie y Brody es Frannie, un bebé, una niña tan pelirroja como su padre, de la cual Carrie parece querer huir eligiendo a propósito destinos difíciles para poder así eludir la responsabilidad de llevar a la niña con ella. La mujer no parece tener muy desarrollado el sentido de la maternidad, como bien le recuerda su hermana Maggie, a cargo de su pequeña sobrina. Carrie no ha olvidado al sargento Nicholas Brody y Frannie, su hija, no ayuda precisamente.

En esta cuarta temporada la acción se centra en Paquistán, donde el linchamiento del jefe del equipo de inteligencia de la embajada, con Carrie y Quinn de involuntarios testigos, levanta sospechas. Algo huele mal en la embajada y Carrie está dispuesta (cómo no) a destaparlo.

Algo que me encanta de Homeland es que sus guionistas la planifican en sintonía con la realidad de la política internacional. Así como este paralelismo se llevó en armonía con la situación en Irán en la T3, ahora nos trasladan a los polémicos drones, los asesinatos selectivos y el enquistamiento del interminable conflicto en Afganistán del que los Estados Unidos no parecen nunca alejarse.

Seguiré viendo Homeland, atento hasta adónde llegan los malabarismos que hemos visto en estos primeros cinco episodios entre los yihadistas, los servicios de seguridad de EE. UU. y la inteligencia de Paquistán justo en medio. Y que no me toquen a Saul Berenson…

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