Con Felina y Baby Blue terminó Breaking Bad.

Crítica del final de Breaking Bad. Un cierre redondo para una serie magistral.

Con Felina se acabó Breaking Bad, una de las mejores series de la historia de la televisión. Vince Gilligan, su equipo de guionistas, los directores, intérpretes y el resto del equipo de producción han creado una serie legendaria, que se ha situado en el Olimpo de las series junto a The Wire y Los Soprano. El episodio final ha sido escrito y dirigido por el propio Vince Gilligan.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. 'Felina'. Walter se despide de su auténtico amor.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. ‘Felina’. Walter se despide de su auténtico amor.

Felina es un episodio de cierre y un ejemplo de cómo terminar una serie. Todas las líneas convergen y concluyen. Bueno… es verdad que Huell  sigue esperando sentado en un cuarto :-D

La Felina mujer de la canción de Marty Robbins.

Breaking Bad reina en el Olimpo de las series junto a The Wire y Los Soprano. 

No estamos en un final donde el mal acaba pagando por sus pecados y donde, para nada, hay una moraleja. Porque Breaking Bad es una soberbia serie de los estados intermedios, de grises y claroscuros. Ningún personaje (con la única excepción de Holly y de Steve Gómez) está libre de culpa. Sí, sí… en mi opinión Flynn White tampoco se libra de maldades.

En Breaking Bad nada es casual, nada se deja en el aire. Como los 62 episodios de la serie, que corresponden con el número atómico del Samario, elemento que dispone de un isótopo utilizado en algunos tratamientos del dolor en el cáncer de huesos. El episodio final podría mirarse como una metáfora paliativa de todo el dolor que Heisenberg ha causado. Walter White no puede devolver las vidas que, directa o indirectamente, ha arrancado. Ni todo el dolor que su imperio de la droga azul cielo ha causado a su familia. Walter busca un cierre ante el mar de desolación que ha dejado atrás y que tiene ante sí.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Walter buscando un cierre.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Walter buscando un cierre.

Walter busca un cierre ante el mar de desolación que tiene ante sí.

Quiero contrastar el final de Breaking Bad con el de la legendaria The Sopranos, empezando por sus protagonistas. Gilligan no ha querido cerrar con un final polémico, como hizo David Chase con el magnífico y maestro final de la serie de los mafiosos de New Jersey; el final de la serie ambientada en Nuevo México es muy claro y elocuente. Y, por otro lado, tenemos que Tony Soprano es, desde el principio, un matón, canalla, asesino y despiadado que se gana el «cariño» del público, mientras que Walter White se gana en el piloto la simpatía y comprensión de la audiencia para luego ir difuminando este aprecio, paulatinamente al principio y luego de manera dramática. El propio Gilligan explica que Breaking Bad se convirtió en una especie de experimento sociológico sobre el hasta qué punto los espectadores pierden la simpatía por Walter White y empiezan a odiarle. Pero, como bien sabemos, hay muchos seguidores de Breaking Bad que no odian a Walter, entre los que me incluyo.

Breaking Bad es un ejemplo de serie bien llevada desde el principio y cerrada como toca. Podría nombrar muchísimas series cerradas de forma torpe, pero las que más duelen son las producciones que nos han tenido enganchados en mayor o menor medida. El caso más significativo, que se convirtió en un clamor por las redes sociales, fue con Lost (Perdidos).

Llévame a casa. Yo haré el resto.

He leído en algunos blogs que Walter recita una oración a Dios cuando está intentando escapar de la policía y que las llaves «caen del cielo», pero esto no es así por un par de detalles. El primero es que Walter está con el destornillador empuñado amenazadoramente y mirando por el retrovisor, cuando dice  «Llévame a casa. Yo haré el resto». Walt está hablando consigo mismo. Porque, no olvidemos: Walter es ateo, o como poco agnóstico. Recordemos el episodio 1×03 cuando en sus tiempos de noviazgo con Gretchen en la Universidad, la mujer le pregunta sobre el alma.

El alma… aquí no hay nada más que química.

La «oración» es, en realidad, una súplica de Heisenberg a Walter. Walter está sacando fuerzas porque, si algo lo ha caracterizado a lo largo de la serie, es su entereza en las situaciones más difíciles. Y es Heisenberg el que hace la petición, como bien nos lo recuerda la mirada en el retrovisor y el destornillador amenazante en la mano.

Breaking Bad obliga al espectador a prestar atención, pues está llena de detalles y huevos de Pascua. Por ejemplo, el coche que roba Walter es un Volvo, la misma marca que el coche de Gus Fring. Pero hay alguna sutileza que no tiene nada de profundo, como el reloj de pulsera que Walter deja en la gasolinera de Canoncito, el que le regalara Jesse en su 51 cumpleaños. El detalle es debido, como reconoce el propio Gilligan en el último Talking Bad, a que Walter no lo llevaba puesto en el flash-forward de Live Free or Die (donde enfocan claramente sus muñecas mientras hace con bacon el número 52). Así que había que deshacerse del reloj.

Hablando de Canoncito: existe, pero es un pueblo fantasma de Nuevo México.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. La gasolinera de Canoncito.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. La gasolinera de Canoncito.

El susto que Walter les da a los Schwartz nos ha gustado a todos los seguidores. Y Walter ha conseguido varias cosas. No sólo porque ha encontrado una manera inteligente de que sus millones lleguen a su familia; también ha conseguido meterles el miedo en el cuerpo a Elliott y Gretchen, incluso tras su propia muerte.

Lo que nos ha gustado a muchos seguidores de la serie ha sido la despedida de Badger y Skinny Pete. :-D Una pena que no hayamos visto también, por última, vez a Huell y Kuby, la otra «pareja» de esbirros.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Elliott, Walt y Gretchen van a limpiar un poco de dinero.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Elliott, Walt y Gretchen van a limpiar un poco de dinero.

La stevia lleva tu nombre, Lydia…

Mira por dónde: acerté el destino de la ricina. Lydia iba a edulcorar su repulsivo brebaje de manzanilla con leche de soja (el propio Gilligan dijo en la televisión que buscaba una combinación desagradable…) con stevia y ricina. Da la casualidad que la stevia es el edulcorante que yo uso desde hace años (no puedo tomar azúcar), que tiene unas propiedades muy recomendables en comparación con el resto de edulcorantes basados en el aspartamo (como la sacarina): no tiene efectos secundarios, no pierde dulzor con el calor y cada cucharada de stevia edulcora como tres tazas de azúcar. Recordemos que el aspartamo es laxante (probad a pegaros un atracón de algún dulce edulcorado con aspartamo y veréis, veréis…) y tiene discutibles efectos para la salud.

La stevia y la ricina acaban lo que no pudo hacer Mike: con la vida del personaje nauseabundo y mezquino a partes iguales, llamado Lydia Rodarte-Quayle.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Edulcorando con stevia y ricina.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Edulcorando con stevia y ricina.

El Paso.

Felina es el nombre de una mujer fatal.

La canción El Paso de Marty Robbins es la que da título al episodio. Nada de FeLiNa (hierro, litio y sodio) debido al «hierro por la sangre, litio por la metanfetamina que se utiliza en su elaboración y sodio por la sal, que aparece en las lágrimas», que todo el mundo anunciaba por las redes sociales en la semana previa al finale y que comenté en la reseña sobre el episodio Granite StateFelina es el nombre de una mujer fatal que besa al final de la canción al cowboy que la canta mientras éste muere al final por una bala en su costado. Walter es el cowboy, Felina es la Ciencia, la Química con la que creó la droga azulada y que le ha llevado a la desgracia.

Al final Gilligan lo hizo por el nombre de la mexicana Felina que aparece en la canción El Paso. Canción que escuchamos cuando Walt arranca el Volvo robado y que Walter canturrea cuando está montando su maravilloso y mortífero artilugio con la M-60 en el desierto.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Walter prepara a lo MacGuiver la M-60 tarareando la canción de Marty Robbins "El Paso".

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Walter prepara a lo MacGuiver la M-60 tarareando la canción de Marty Robbins «El Paso».

La letra de la canción tiene mucho que ver con el episodio y con toda Breaking Bad. Aquí os dejo un vídeo con la canción subtitulada y secuencias de Breaking Bad que la propia letra explican.

Lo he hecho por mí.

Maravillosa y emotiva la despedida de Walter con su familia. Hemos tenido ocasión de ver, por última vez, a la irritante Marie Schrader (sí, es el personaje que me hubiera gustado ver deshecho en un tonel de ácido clorhídrico). La secuencia ha sido muy inteligentemente llevada con la mano de Gilligan detrás de las cámaras.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Walter se despide de su familia.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Walter se despide de su familia.

La aparición de Walter tras la columna, el reflejo del rostro de Skyler en el microondas mientras tenemos en el plano a Walt hablando con su mujer, y la interposición de la columna entre ellos, separándoles en pantalla, cuando Walter comienza a explicar por qué ha hecho lo que ha hecho… sencillamente brillantes. La escena llega al corazón. Skyler ha sufrido mucho por culpa de Walter, pero ella fue también cómplice y partícipe de la causa de tanto dolor.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Walter "Todo lo que he hecho...".

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Walter «Todo lo que he hecho…».

Con la columna interpuesta comienza uno de los puntos álgidos de toda la serie: Walter White reconoce, por fin, que todo lo que ha hecho, con todo el reguero de muertes y dolor dejados atrás, ha sido por amor propio.

Lo he hecho por mí. Me gustaba. Era bueno haciéndolo. Y… me sentía… verdaderamente… Me sentía vivo.

Por último, la escena de la despedida de Walter ante una plácidamente adormecida Holly es enternecedora, y muy triste. Walter lo ha perdido todo: a su mujer, a su hijo Junior que le odia… Y su hija Holly nunca conocerá a su padre.

Un final al más puro estilo western. Como la canción de Robbins.

En el último Talking Bad, Vince Gilligan confiesa que él mismo, y su equipo de guionistas, son unos grandes admiradores de The Searchers (Centauros del desierto) (1956), una de las obras maestras de John Ford. Y aparece reflejado en Felina. En la mítica película  encarna a Ethan, un veterano de la Guerra Civil en busca de Debbie, una chica raptada por los Comanches, junto a su sobrino Martin.

¡Espóiler dentro! Mostrar spoiler

Walter espera encontrar a Jesse junto a la cuadrilla de Jack Welker.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Walter protegiendo a Jesse.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Walter protegiendo a Jesse.

Walter quería muerto a Jesse en Ozymandias. ¿Con qué intención llega Walter al fortín de Jack, su sobrino Todd Alquist y el resto de la banda de blancos racistas? Está claro que lo primero que quiere es proteger a su familia y vengar a los asesinos de Hank, para lo cual…

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Walter ajustando cuentas.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Walter ajustando cuentas.

El químico descubre por Badger y Skinny Pete, que Jesse está vivo. Pero el Walter de Felina no es el Walter de Ozymandias. Quizás, en su necesidad de encontrar paz (no olvidemos que a punto estuvo de entregarse en el episodio anterior) y en su búsqueda de clausura, ya no alberga rencor hacia Jesse. La necesidad de venganza hacia el joven Pinkman se cerró cuando Jack y su banda se lo llevaron llorando y a rastras en la reserva de To’hajiilee y quizás ha tenido tiempo de pensar (y, quizás, hasta llorar) lo que creía era el final y muerte de su protegido, por el que tantas cosas terribles había hecho. No olvidemos que Jesse fue el responsable de su enfrentamiento con Gustavo Fring; Gus quería matar a Jesse y Walter lo salvó… llenándose de mierda hasta el cuello.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Hasta nunca, Mr White.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Hasta nunca, Mr White.

Ver a Jesse convertido en un esclavo al servicio de Todd, en un estado deplorable, habrá sido sin duda el catalizador que devuelve a Walt al lugar donde siempre había estado: como el padre adoptivo capaz de dar la vida por su antiguo estudiante.

Incluso, en el fondo, a pesar del acto de orgullo y rabia con el que Jesse se despide cuando le arroja el revólver gritando: «Hazlo tú mismo», el joven Pinkman guarda todavía un poquito de amor hacia Walter, como el que un hijo rebelde guarda hacia un padre severo que no le ha comprendido, que le ha castigado, que le ha maltratado. Esto se hace evidente en las miradas de complicidad que Jesse y Walter intercambian en la despedida.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Hasta siempre, Jesse.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Hasta siempre, Jesse.

Debo decir algo respecto a las simpatías leídas por las redes sociales hacia Jesse, porque yo no me incluyo entre los que le sienten aprecio a Pinkman. Siento pena, eso es cierto. Ha sufrido como nadie por los actos que ha hecho, en su mayor parte, al comportarse como un imbécil que no piensa en las consecuencias de sus actos y que se ha dejado manipular por todos: por Walter, por Gus, por Hank. Y no olvidemos que Jesse ha matado a sangre fría y se ha enriquecido con una droga que causa miseria y muerte. ¿Simpatías por Jesse y odio por Walt? Contradictorio.

Así acaba, finalmente, libre (y vivo), aunque casi desquiciado, Jesse Pinkman. Ahora sabemos que Brock tendrá a alguien que vele por él.

Felina, metáfora del amor de Walter hacia su Ciencia.

El final de Felina es poético, hermoso, sentido. Todo un acierto la melodía final Baby Blue de Badfinger. En un artículo de la revista Rolling Stone nos explica Thomas Golubić, el supervisor musical de la producción, que Gilligan rechazó todas las propuestas musicales para la escena final diciendo ‘creo que ésta es la canción adecuada para cerrar el último episodio’.

Guess I got what I deserve.
Kept you waiting there, too long my love.
All that time, without a word.
Didn’t know you’d think, that I’d forget, or I’d regret.

The special love I have for you.
My baby blue.

(Parece que tengo lo que merezco
Teniéndote esperando ahí, demasiado mi amor.
Todo el tiempo, sin una palabra
No sabía qué pensarías, que me olvidaría, o me recriminaría.
El amor especial que te tengo.
Mi nena azul).

All the days became so long.
Did you really think I’d do you wrong.
Dixie, when I let you go
thought you’d realize, I would know, I would show.

The special love I have for you.
My baby blue.

(Todos los días se volvieron tan largos.
¿Realmente pensaste que me equivocaría contigo?
Dixie, cuando te dejé marchar
pensé que te darías cuenta, que yo sabría, y te mostraría
el amor especial que te tengo.
Mi nena azul).

La canción de Badfinger es, en sí misma, doblemente triste, como se explica en el artículo de Rolling Stone: el cantante de la banda, Pete Ham, se suicidó con sólo 27 años, tres años después de componer la canción sobre su exnovia Dixie Armstrong.

Walter consigue terminar como quiere, cumple lo que se había propuesto, en sus propios términos. Y muere junto a su amor, su ciencia, en el laboratorio, tocando los instrumentos que él había creado para producir su obra maestra: el Blue Sky con una pureza del 99,1%.

Muy elocuente es el momento final en el que Walter estampa su mano ensangrentada en el tanque de preparación de la metanfetamina azul. Y así muere Walter White y la cámara cenital se va alejando hacia los cielos mientras la policía de Albuquerque llega. Walter White muere y la policía encuentra a Heisenberg en su laboratorio.

Breaking Bad Finale. Episodio 5x16. Felina. Walter White termina en su laboratorio.

Breaking Bad Finale. Episodio 5×16. Felina. Walter White termina en su laboratorio.

Todas las cosas malas deben tener un final.

Como ya he dicho no estamos ante un final donde el mal acaba pagando por sus crímenes y donde, para nada, hay una moraleja de la tradición judeo-cristiana que enseñe que los criminales terminan pagando por sus pecados. A todos nos gustaría creer en una justicia universal donde los malos deben ajustar cuentas y los buenos son recompensados. El final es una metáfora ilustrativa de que esas cosas no suelen ocurrir en la realidad, en nuestro mundo. Algo que entendemos muy bien los ateos.

Walter ha vencido a todos sus enemigos, ha vencido incluso al cáncer. Ha muerto solo y con su único amor de testigo mudo. El personaje que Bryan Cranston ha interpretado tan brillantemente, y su alter ego Heisenberg, nos han mostrado las complejidades de la vida donde nada es blanco o negro (los libros y la serie de Juego de Tronos también bordan esta faceta), donde hay incluso personajes que pueden causar simpatía a pesar de ser capaces de cometer fechorías y crímenes terribles.

Mucho se ha escrito sobre Breaking Bad. Y mucho se escribirá. Ya sólo nos resta pensar lo afortunados que hemos sido los que desde aquel frío domingo de enero de 2008 comenzamos a ver esta obra de arte de la televisión que nos ha tenido enganchados durante seis años.

Muchas gracias, Breaking Bad. Hasta siempre.

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