Hannibal. ¿O debería decir Mads Mikkelsen?

La serie Hannibal, de la NBC (en España la emite el canal AXN), no es notoria por tener detrás al cargante , conocido por escribir en la decepcionante Héroes y la menos famosa Criando malvas (Pushing Daisies); o por estar protagonizada por Hugh Dancy, el simpático esposo de Claire Danes. Podría haber pasado totalmente inadvertida de no ser por él: me refiero al danés Mads Mikkelsen (casi se me escapa «Ragnak Lothbrok» :-D).

Hannibal Lecter, interpretado por Mads Mikkelsen

Hannibal Lecter, interpretado por Mads Mikkelsen

Efectivamente: el actor escandinavo, acostumbrado a papeles de malo malísimo que debe morir bajo la mano justiciera de James Bond, salva la serie. Es más: ha conseguido que me quede enganchado a ‘Hannibal’ como una ovejita escocesa a sus inmensos y verdes pastos, consiguiendo que nos olvidemos del británico Anthony Hopkins en El silencio de los corderos (1991).

Hannibal es una serie sangrienta, desagradable con demasiada frecuencia, una apuesta arriesgada para una cadena generalista que emite en abierto. Nos devuelve al Dr. Hannibal ‘Caníbal’ Lecter en los años anteriores al libro El Dragón Rojo donde el sibarita doctor aún mantiene su máscara y vive libre y feliz en un mundo ajeno a su macabra afición de matar y cocinar a personas. El conocido asesino es interpretado brillantemente, como he resaltado antes, por el actor Mads Mikkelsen. Rostros conocidos como Laurence Fishburne y Gillian Anderson completan el reparto en esta licencia de las novelas de Thomas Harris donde el propio escritor ha participado en el guión de los trece episodios de la primera temporada.

Una serie aparentemente procedimental, aunque en el fondo no lo es, desglosada en capítulos muy acertadamente titulados usando partes de un exquisito menú francés: Apéritif, Amuse-Bouche, Potage, Œuf, Coquilles… Acertadísimo. Porque Hannibal es un homenaje a los sibaritas con corbata de nudo doble Windsor: por los elaborados y deliciosos platos (con una base de entrañas humanas) o por los carísimos vestidos de tres piezas del Aníbal-caníbal (elaborados por Christopher Hargadon): CanaliTom Ford, Ermenegildo Zegna… Y la serie juega con el conocimiento que tiene el espectador del demente doctor: hace que disfruten de sus platos con carne humana a muchos de los personajes que pasan por su despacho, totalmente ajenos a lo que se están metiendo en la boca.

Hannibal. Todo un sibarita

Hannibal. Todo un sibarita

Los gustosos y elaborados platos han sido diseñados por el chef español afincado en EE. UU. José Andrés. Se nota la mano de Andrés en el capítulo donde aparece el Dr. Lecter cortando un jamón ibérico a un comensal, con su habitual y conspicuo conjunto de traje y corbata. No pega, Pepe, no pega… por mucho que el jamón serrano de cerdo ibérico no esté al alcance de todos los bolsillos. Se agradece la promoción del jamón ibérico, desde luego.

Detrás de la serie tenemos al conocido guionista Bryan Fuller, que coproduce y escribe. Fuller nos sumerge en el mundo de sueños y pesadillas de Will Graham (que también ha sido interpretado por Edward Norton en la película El Dragón Rojo (2002)), un empático y poco sociable colaborador del FBI con un posible y atenuado síndrome de Asperger.

El acierto del guión se asienta en la marcada diferencia con el personaje de Hannibal Lecter de las películas interpretadas por Anthony Hopkins, acentuada con la acertada caracterización por parte del actor Mads Mikkelsen. Los dos actores que interpretan a Lecter y Grahan son, además, amigos en la vida real, y ya trabajaron juntos en la (floja) película El Rey Arturo (2004) donde Hugh Dancy aparece como Galahad y Mads como el caballero Tristán.

Will Graham (Hugh Dancy) en terapia con el Dr. Hannibal Lecter (Mads Mikkelsen)

Will Graham (Hugh Dancy) en terapia con el Dr. Hannibal Lecter (Mads Mikkelsen)

Otra faceta destacable de la serie es la fotografía y el movimiento de cámara. Los lentos planos secuencia que introducen el nuevo escenario usando un gran angular son muy de Kubrick, así como el uso de focales cortas en los planos generales en habitaciones con un grupo de personajes.

El proyecto de Fuller adolece del lastre de no haberse materializado en una cadena de pago como HBO o Showtime, porque en los canales en abierto, tal y como nos recordó Dancy en una rueda de prensa con motivo de la presentación en España de la serie, «ni se pueden decir tacos ni enseñar un culo desnudo, pero puedes mostrar cómo se descuartiza una persona». Ironías de la doble moral estadounidense.

Para algunos fanáticos (o «talifanes») del mítico personaje inmortalizado gracias al papelón de Anthony Hopkins en ‘El silencio de los corderos (1991)’ es una afrenta imperdonable el situar la trama en nuestros días, como he podido leer por las redes sociales. Claro: como la película de  estaba situada a principios de los años 90 entonces la serie Hannibal debería situarse entre los años 70-80. ¡Cómo se atreven a poner a Hannibal Lecter con un tablet! :-D Hay gente que no entiende el sentido del concepto «adaptación». Además: la serie está basada en los libros de Harris, no en la película de Demme.

Pero no todo son flores en la producción de la serie, que tiene muchos «peros». Los “peros” son muy significativos:

Unos asesinos en serie sofisticadísimos y desmesurados.

Efectivamente. Ni en el sueño más húmedo del peor de los psicópatas aparecen más asesinatos, tan irreales, retorcidos, y enrevesados. ¿Hay necesidad de ello? No, claramente no. La serie no hubiera perdido valor si hubieran eliminado la mayoría de los asesinos que nos muestra (el de las setas, el de los ángeles…).

La serie se disfruta de los diálogos y la puesta en escena alrededor del actor danés, sobre todo en el maravilloso despacho del terapeuta. Por eso no sorprende que estuviera a punto de ser cancelada debido a los malos resultados en audiencia.

Hugh Dancy sobreactúa con demasiada frecuencia.

Y es una pena. El actor debería aprender de Mikkelsen, o de su propia mujer. Obviamente interpreta a un personaje complicado y trastornado. Pero eso no justifica la forma de sobreactuar del simpático Dancy. De hecho, su trabajo le hace aparecer más como un secundario a la sombra de Mikkelsen. Tuve la oportunidad de entrevistar a Hugh Dancy en un evento de BirraSeries, la entrevista completa la tenéis aquí.

Pero Hugh Dancy no es el que peor trabaja en la serie porque, por desgracia, debemos subrir a la aburrida y cargante Gillian Anderson, que interpreta a la Dra. Bedelia Du Maurier (tela con el nombrecito…). Si alguien la ha visto actuar en series como la británica The Fall o la aburrida Expediente X podrá asentir en las carencias interpretativas de esta señora: todos sus personajes parecen un calco. Preferiría que se retirara a disfrutar de una anticipada jubilación para dedicarse a disfrutar con la poda de árboles frutales de su jardín…

NBC es un canal en abierto con la consecuente censura en contenidos y diálogos.

La serie habría ganado en canales de pago. ¿Cómo hubieran tratado la HBO, AMC o Showtime la serie? De una manera muy distinta, desde luego. La pega de emitir en abierto en EE. UU. es que te pueden enseñar un tótem compuesto de cadáveres desmembrados pero, por otro lado, no se puede escuchar ni un solo taco en toda la serie… las contradicciones del puritanismo gringo.

Con muchos peros, pero una serie muy recomendable.

¿Qué es lo que compensan a estas lagunas mencionadas? Como ya he dicho repetidamente en esta entrada todo todo queda perdonado con la sola presencia de Mads Mikkelsen, acompañado por la puesta en escena en todo lo que respecta al doctor Hannibal Lecter.

La desconcertante banda sonora de Brian Reitzell es otro acierto, un detalle que añade desasosiego a la trama. No es, para nada, la banda sonora que escucharías en el coche mientras viajas y contemplas hermosos paisajes… Pero cumple su cometido: sumergirnos en la pesadilla que vive el personaje de Will Graham. Los secundarios están a buen nivel y, como ya he dicho, en el fondo no es una serie procedimental, sino una peculiar mezcla de historias que desaparecen y resurgen, muy al estilo de la serie House MD.

Con todo lo dicho, es una serie recomendable que se puede disfrutar antes de la hora de la cena. Y terminaré destacando lo sorprendente de la ausencia de Mads Mikkelsen en las nominaciones a los Emmy 2013. Ha habido mucho comentario por las redes sociales al respecto porque no se entiende bien que el danés no figure en la lista de los candidatos a los máximos galardones de la televisión de EE. UU.

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