La rompedora cadena británica Channel 4 nos ha vuelto a dar una sacudida con la segunda temporada de la excelente miniserie Black Mirror, producción que te deja con mal cuerpo en cada capítulo, pero que sirve para sacar del abobamiento en el que muchos se encuentran. Dura, fría, sintética e ilustrativa, los creadores de esta profunda crítica de la sociedad 2.0 nos muestran el panorama desolador al que deriva la civilización a raíz de la inadecuada y profunda integración de las nuevas tecnologías arraigadas en las redes sociales.
Por otro lado, nos quedan muy pocos días para el ansiado regreso de la tercera temporada de Juego de Tronos. El 31 de marzo regresan las intrigas palaciegas en los siete reinos de Poniente y en el continente de Essos. Y el siete de abril también regresa la sexta temporada de Mad Men.
También comentaré un poco el tedioso periodo que estamos sufriendo en el mundo seriéfilo, donde vemos como, uno tras otro, se están estrellando muchos de los estrenos anunciados a bombo y platillo en los upfronts del año pasado. ¿Estamos llegando al ocaso de la edad dorada de las series? Menos mal que nos quedan Breaking Bad, Mad Men, Homeland, Utopia…
Una sociedad enferma
¡Alerta espoilers!
Una notable ventaja de Black Mirror es que sus episodios son independientes, cuentan historias separadas, pero con un demoledor nexo común: cómo las nuevas tecnologías de nuestro mundo 2.0 pueden deshumanizar la sociedad. Cada capítulo tiene la singularidad de dejarte aturdido, con mal cuerpo, pero, al mismo tiempo, parece abofetearte para gritar: ¡despierta! ¿ves lo que puede pasar? ¿ves lo que está pasando? ¿qué puedes hacer? ¿qué vas a hacer?
La primera temporada de Black Mirror arrancó con un famoso y polémico episodio que no dejaba indiferente a nadie, con un primer ministro ante una cruel disyuntiva. En esta segunda temporada no hay polémica, pero los episodios te atizan más fuerte; por un lado por mostrar un contexto tecnológico que no parece tan lejano, y por otro, por mostrarnos más crudamente las frías y deshumanizadas consecuencias de su uso.
El primer episodio Be Right Back (Ahora Mismo Vuelvo) es mi favorito. Martha pierde a su compañero Ash, un adicto a las redes sociales, en un accidente de tráfico. Para sobrellevar la pérdida, es convencida por una amiga, también viuda, para utilizar un novedoso servicio online, donde un avatar virtual del fallecido Ash, creado gracias a una inteligencia artificial a partir de los emails, publicaciones y chats utilizados por el fallecido en las redes sociales, le permitirá tener conversaciones asombrosamente reales.
Es escalofriante pensar que un entorno que imite a una persona, a partir de su historial de mensajes y publicaciones en «la nube», no es tan lejano hoy en día. Yo secundo el punto de vista de Roger Penrose, muy crítico con el concepto de inteligencia artificial fuerte, tal y como defiende en su muy recomendable libro La nueva mente del emperador, pero eso no quita que se pueda emular un sistema aparentemente inteligente que formule y responda a preguntas, en el sentido de inteligencia artificial débil de Searle.
Parece ciencia-ficción, pero no lo es tanto. En 1960 Kenneth M. Colby desarrolló un programa de ordenador donde se simulaba a un psicoterapeuta y que, tras utilizarse por algunos paciente vía teletipo, era preferido por muchos a sus verdaderos terapeutas humanos :-O El programa no se trataba de inteligencia artificial, pero lo simulaba bastante bien. Un fragmento de la conversación entre un paciente real, humano y el programa de Colby (como se detalla en el libro de Penrose):
FALSO TERAPEUTA (emulado por el programa de Colby): ¿Cómo puedo ayudarle?
PACIENTE: No lo sé.
FALSO TERAPEUTA: Intente decirme algo al respecto.
PACIENTE: No.
FALSO TERAPEUTA: ¿Puedes ser más preciso?
PACIENTE: Hoy estoy enfermo y cansado.
FALSO TERAPEUTA: ¿Tienes idea del por qué?
PACIENTE: Sí, porque soy viejo.
FALSO TERAPEUTA: Por favor, continúe.
PACIENTE: Creo que he perdido interés en todo.
FALSO TERAPEUTA: Háblame más de esos sentimientos.
(…)
Aunque parece que el programa de Colby comprende la conversación, obviamente no comprende nada; solamente sigue unas reglas mecánicas dependiendo de los verbos y vocabulario utilizados por el paciente ¡Y este programa es de hace más de cincuenta años!
Volviendo al episodio Be Right Back, tenemos que Martha interacciona con el Ash virtual progresivamente: primero recibe un email del avatar virtual, luego chatea con él, después habla por teléfono con una versión muy verosímil de su fallecido amado, para, finalmente, pasar a la escalofriante (y, ahora ya sí, de ciencia-ficción) versión de «carne y hueso», con la que no sólo hablará, sino que hasta llegará a lo «carnal».
El siguiente episodio, titulado White Bear (Oso Blanco), es el que te deja peor cuerpo. Una pesadilla en la que la sociedad se ensaña cruelmente con una criminal responsable del vil secuestro y asesinato de una niña. El episodio nos muestra cómo la protagonista es condenada a vivir, una y otra vez, la misma tortura en la que es perseguida por unos enmascarados y siniestros psicópatas que intentan hacer atroces abominaciones con ella, ante la pasividad de unos testigos que no sólo no harán nada por evitarlo, sino que además se divertirán observando y, sobre todo, grabando su sufrimiento con las cámaras de sus móviles. La tecnología se encarga de un doloroso borrado de su mente todas las noches para que, a la mañana siguiente, no pueda recordar lo vivido en los días previos y vuelva así a revivir la pesadilla otra vez. Y lo peor es que «la condenada» sufre esta pesadilla diaria en lo que aparece como un «parque de atracciones de la justicia».
¿Qué queréis que os diga del voyeurismo de nuestra sociedad? Seguramente más de una vez habéis visto con un desagrado nauseabundo a alguien grabando con su móvil alguna escena morbosa o fuera de lugar. Yo mismo, el año pasado, tuve un accidente de tráfico que pudo acabar en tragedia, cuando, tras una hipoglucemia severa, estampé a escasos metros del escaparate de un restaurante lleno de comensales mi coche. Pudo ser una tragedia, la gente del restaurante me tuvo que sacar de mi coche porque no me tenía en pie con 32 mg/dL de glucosa en sangre. Pero ver un precioso Mustang GT V8 descapotable estampado contra una columna a medio metro de mesas con gente cenando es un espectáculo que no podía dejar impasibles a un nutrido grupo de curiosos, quienes, sin pudor, grababan el accidente con sus móviles, sin disimulo y delante de mis narices, cuando estaba entrando en el SAMUR. «Siempre pasa lo mismo…» me dijo un policía que estaba comprobando lo sucedido.
El episodio deprime. Primero por el podrido sentido de la justicia mostrado, bien alejado de la sociedad del bienestar en la que vivimos actualmente. Pero, sobre todo, por mostrar con desagrado la cruda realidad de las grabaciones espontáneas que se cuelgan sin escrúpulos (y sin permiso) en las redes sociales casi al instante.
El tercer episodio The Waldo Moment es muy flojo, y casi no encaja con todo el sentido de la serie. Crítico con la estupidez social de votar a candidatos a pesar de la incapacidad que puedan tener de arreglar nada. No encuadra dentro del marco de toda la serie.
La tercera temporada de Juego de Tronos
Por fin llega a las pantallas el tercer libro de la saga Canción de Hielo y Fuego, titulado Tormenta de Espadas. Para muchos de los lectores de las novelas de George R. R. Martin el tercer libro es el mejor de los cinco que lleva ya escritos. La HBO ha atendido a razones (dado el éxito y los millones que la serie le está proporcionando) y desdoblará el tercer libro en dos temporadas (la tercera y la cuarta). De esta forma le dan tiempo al rollizo escritor para que pueda terminar la saga: le quedan por escribir dos libros más, y no olvidemos que ha tardado ¡casi siete años! en escribir el quinto libro (publicado en 2011).
Y ahora unos vídeos (subtitulados en castellano). Por si acaso os habéis perdido con tanto nombre, cargo, parentesco o linaje, tenemos un resumen de lo acontecido en las dos primeras temporadas:
Después tenemos un extenso resumen de lo ocurrido en la segunda temporada (subtitulado en castellano)
Luego tenemos los dos tráilers oficiales (subtitulados en castellano). El primero:
Y el segundo:
¡Para ir abriendo boca! El propio George R. R. Martin hace un cameo en esta tercera temporada
¿Ha comenzado el ocaso de la época dorada de las series?
Bastantes blogueros llevamos tiempo comentando el bajo estado de forma de la gran mayoría de cadenas productoras de series. Muchos estrenos han sido flojos, malos, aburridos o sencillamente espeluznantes. Algunas series recién estrenadas se han cancelado en el segundo o tercer episodio… y no nos referimos a series de bajo presupuesto. Sigue habiendo calidad en las pantallas gracias a la HBO, Showtime, BBC y Channel 4. Pero el otoño y el invierno que acaban de despedirse quedan lejos de aquellas temporadas en las que no dábamos abasto con los excelentes estrenos. Espero que sea sólo un bache ocasional…
La lista de sonoros fiascos es significativa: Zero Hour, The Last Resort, 666 Park Avenue, Do No Harm… Quizás nos hayamos vuelto excesivamente exigentes, dada la calidad habitual de las producciones desde que comenzara la fiebre seriéfila hace más de un decenio, con aquellas Los Soprano, The Wire, Lost (Perdidos), etc. O quizás las cadenas deberían dejarse de malabarismos narrativos, abandonar tramas más complicadas que la Mecánica Cuántica y dedicarse simplemente a crear buenas historias dirigidas por realizadores con oficio y con intérpretes que sepan dar la talla.
Y mientras las cadenas americanas parecen desinflarse, nos llegan desde el frío norte (no, no me refiero a Invernalia…) excelentes producciones, como la danesa Forbrydelsen (El asesinato) o la sueco/danesa Bron/Broen (El Puente). En futuras entradas de este blog dedicaré reseñas a las buenas series que nos llegan desde Escandinavia.
Low Winter Sun
La cadena AMC, que tan bien nos tiene acostumbrados con series como Breaking Bad y Mad Men, estrena nueva producción este verano. Low Winter Sun está basada en la mini serie homónima británica de 2006. Venganza, crimen y corrupción policial se entremezclan de la misma manera que en la soberbia The Shadow Line. Promete mucho por el argumento y los intérpretes, además de tener en la realización a la AMC.
El estreno será este verano, periodo que ya estamos esperando con gusto porque es cuando se despide para siempre la obra maestra titulada Breaking Bad.
5 comentarios
Saltar al formulario de comentarios
Excelente reseña de Black Mirror, Héctor. Es cierto que ha habido muchos estrenos desastrosos, pero en mi opinión es simplemente porque hay muuuchas series. El formato de las series es un éxito y, aprovechando el momento, nos están intentando vender productos de muy mala calidad. La pena es el dinero que se gastan en ellas.
Una semana para que llegue el invierno… ¡Qué larga se me va a hacer! Por cierto, estoy viendo ya la última temporada de The Shield. ¡No os la perdáis! Se ha convertido para mí en una de las grandes.
«The Shield» la próxima. Antes, hemos de acabar «Forbrydelsen», os la recomiendo.
Pues entonces Forbrydelsen será la próxima para mí. ¿No me quitará un poco el suspense haber visto The Killing? Creo que es la versión estadounidense de la danesa.
The Killing es el remake estadounidense de la serie danesa. Pero como no la he visto, no te puedo decir hasta qué punto The Killing se toma libertades respecto a la producción escandinaba.
He visto el primer capítulo de «In the flesh» y parece interesante en cuanto al paralelismo a los enfermos mentales y su marginación de la sociedad. Es un tema que familiarmente me toca muy de cerca y creo que se toca muy bien (aunque hay un punto que ya os diré más adelante, pero no creo que se toque, y tampoco haré spoilers)
Por cierto, vi entera Ripper Street. Creo que la clave de la serie es que el tratamiento es el mismo que el de Life On Mars: son casos policiales que encontramos en la actualidad, si bien en LoM se tratan en los 70 con las diferencias que eso implica y que RS lo hace en la etapa victoriana. No es que sea una gran serie, pero hay que ir viendo los detalles. En el primer episodio Reid, interesado en la ciencia y su aplicación a las técnicas policiales, lee un prospecto sobre Babbage. Esto seguro que Héctor lo sabe, es el primero que hizo una calculadora propiamente dicha (hubo intentos anteriores por parte de Leibniz y Pascal). En el quinto episodio nos cuenta el eterno problema de la vuelta a la sociedad de los veteranos de guerra y habla de las campañas de Sudan contra los derviches: esto me ha llevado a recordad una de las películas que más me gustaron de pequeño, Las cuatro plumas, y si la habeis visto comprendereis por lo que han pasado. Bueno, en el fondo es una serie que más que dejarme llevar por ella lo que ha hecho es que la analice detenidamente.
Y, perdón otra vez por mi insistencia, El prisionero de 1968 es una sucesión de 17 episodios como los de Black Mirror (pero salvando las distancias y con lo que sabía en aquella época)
En cuanto a series no anglosajonas y europeas, vi hace tiempo una polaca que se llamaba «El secreto nazi de la fortaleza» que no estaba mal. Si quereis descubrir algo de Europa que francamente está bien son las películas checoslovacas, infantiles o no, con temática fantástica . Por ejemplo «Yo maté a Einstein, caballeros», o «El baron fantástico». Son algo antiguas, (de las décadas 50-60) pero no sólo son infantiles, sino para todos los públicos. Para entendernos, como los cómics de Asterix: los niños los pueden leer, pero detrás de ellos hay una crítica acertada que aún tiene vigencia destinada al público adulto. Por decir que mi primer encuentro con las nociones económicas es Obelix y compañía.