Vámonos. Así fue T05E03 «Hazard Pay» de Breaking Bad.

En apariencia estamos en un episodio de tránsito pero en Hazard Pay (que se podría traducir como Pago de Riesgo) han ocurrido importantes acontecimientos. Eventos que ocurren entre líneas, escondidos, sutiles… Vince Gilligan sigue mostrando su buen hacer en una serie donde el guión esta trazado plenamente desde el principio. Desmenucemos lo que ha dado de sí el episodio tercero de la quinta temporada de Breaking Bad.

La sonrisa de Heisenberg escondida tras el abrazo a Marie.

La sonrisa de Heisenberg escondida tras el abrazo a Marie.

¡Alerta spoilers!

Seguimos sin flash forwards en el tercer episodio; parece que el arranque del piloto no marca una pauta a seguir en el resto de la temporada. Y el negocio del cristal empieza a rodar. Y nunca mejor dicho. Los «cuatro amigos», como denomina el genial Saul Goodman al consorcio de producción y distribución de blue sky (nombre dado a la variedad azul de metanfetamina que Walter y Jesse producen), ya empiezan a trapichear con la droga y las miríadas de dólares que produce.

Los "Cuatro Amigos"

Los «Cuatro Amigos»

Walter ha ingeniado un inteligente plan para producir la droga: utilizar como tapadera una compañía de desinfectación y desparatización privada llamada Vamonos Pest, utilizando las casas de los clientes que se limpian de insectos y se deben aislar por varias semanas por el uso de pesticidas tóxicos. Perfecto para esconder un laboratorio de metanfetamina de «quita y pon».  Así han pasado de depender de Los Pollos Hermanos a mezclarse con Vamonos Pest: una pequeña empresa que utiliza a ladrones de casas como trabajadores desinfectadores. El plan parece brillante… aunque utilizar a ladrones a los que se les ordena «no mirar, no robar, no preguntar» parece un asunto que podría traer problemas en el futuro: ya hemos visto, en este mismo episodio, cómo en el primer día de trabajo uno de los «trabajadores» rompe la regla.

A Saul no le hace ni pizca de gracia asociarse con Mike. Por el contrario Walt aparece tranquilo, seguro de sí mismo. Estamos viendo cómo el estar en «modo Heisenberg» todo el tiempo coloca al señor White en un pedestal con un complejo de Dios que recuerda a las frías mentes criminales de las películas de Cine Negro. Y Jesse, por otro lado, sigue inmerso en una candidez e inocencia que al espectador le pone los pelos de punta. Tenemos así a un Walter que cree utilizar todas las cartas bien: tiene encauzados a Jesse y a Saul, pero con Mike… Mike no es el tipo que deja que las situaciones salgan fuera de control.

Mike necesita tener callados a los antiguos contactos de Gus que están encarcelados. Y eso se hace con dinero. Como ya no disponen de los transportistas que Gus tenía en nómina deben transportar la droga a los puntos de distribución utilizando intermediarios… y los intermediarios, cuando hablamos de tráfico de drogas, son muy caros. Entre pitos y flautas la tajada que le queda a Walter tras el primer lote de droga producido es bastante menor de lo que él quería (pero mayor de lo que ganaba con Gus). Y aquí es cuando vemos cómo el Dios bicéfalo Walter-Heisenberg no es tan impasible como aparentaba y empiezan los roces con Mike. Pura avaricia. En este episodio se muestra a un Walter insaciable en lo que a dólares se refiere en todo su esplendor.

Queda muy poco del viejo Walt. Todo lo que hace y dice sale de la boca de Heisenberg. Este Walter parece carecer de empatía porque no hace esfuerzo alguno por reconsiderar los sentimientos de los demás cuando él quiere algo: simplemente lo toma. De esta manera se instala en su antiguo hogar donde su familia vive sin siquiera preguntar a su esposa Skyler White. Y Skyler pierde ya los nervios…

Shut up!shut up!shut up!shut up!shut up!shut up!

Shut up!shut up!shut up!shut up!shut up!shut up!

La hasta ahora discreta en sus emociones Skyler explota ante su hermana Marie (lo cual no es sorprendente…) en la lavandería. La situación se está volviendo insostenible. Cada vez estoy más convencido de que no será ni la DEA, ni un cártel rival, ni el cáncer quienes acaben con Walter White, sino su esposa Skyler. Ella es, junto a Saul, las únicas personas que saben que Walter es un monstruo, algo que los espectadores bien sabemos. Recordemos la siniestra sonrisa de Walter al abrazar a Marie tras manipularla contando la infidelidad de Skyler: «¿Sabes lo de Ted Beneke?». Ahora Walt es un santo y Skyler una furcia desquiciada… a ojos de su hermana y (como consecuencia) del peligroso Hank Schrader, el inteligente oficial de la DEA cuñado de Walter.

¿Y qué decir del lado patriarcal con Jesse? Walter quiere averiguar sutilmente hasta dónde sabe Andrea del trapicheo de Jesse. Y con un par de cervezas y una conversación casual en el sofá delante de la tele Walter destruye la relación de Jesse con su novia Andrea. ¿Por qué? Si Jesse se casa con Andrea esta no podría testificar contra él en un hipotético juicio por narcotráfico. Así que o se casan… o mejor se separan. Y de paso Walter se convierte en la única «familia» de Jesse, el único en el que confiar y a quien confiar sus secretos más íntimos. Heisenberg es un manipulador endiablado.

Papá Walt y su ahijado Jesse

Papá Walt y su ahijado Jesse

Hemos visto cómo el monstruo en el que se ha convertido Walter White se enfrenta a sus propios demonios. Estoy convencido de que el encuentro a solas junto a Brock, el hijo de Andrea al que envenena (y casi mata) en la cuarta temporada con los famosos Lirios del Valle fue todo un mal trago para el químico. ¿Remordimientos? ¿Escrúpulos? Pienso que simple miedo ante un posible cabo suelto que le podría dar al traste con todos sus planes. Walter podría temer que Brock sospeche algo. Pero eso es del todo imposible: Brock fue envenenado por «el Equipo A» de Saul. Hasta parece que Brock, abstraído en su videoconsola, intuye que ese calvo con perilla no es trigo limpio.

Walter y Brock

Walter y Brock

Es tremenda la escena en la que Walter y su hijo Walter White, Jr. están viendo Scarface (El precio del poder). Skyler ve con horror el paralelismo con su esposo: la máquina contando dólares a miles, Al Pacino matando a traficantes rivales a mansalva con un M60 con un M16 con lanzagranadas M203 en mano… ¡vaya casualidad, un M60! «casi» la misma arma que hemos visto comprar a Walter en el flash forward del episodio Live Free or Die. Skyler es consciente de que su esposo va por ese camino, camino de convertirse en otro Tony Montana con ambición y avaricia inagotables. No; Walter White ya se ha convertido en Tony Montana: sin cicatriz en la cara pero con mucha más inteligencia.

Por último nos queda la inquietante conversación final donde Walter le explica a Jesse la analogía de la muerte de Victor a manos de Gus (episodio Box Cutter) comparándolo con el mito de Ícaro y Dédalo. Inquietante: porque implícitamente Walter relaciona el cuento mitológico con Mike. ¿Ícaro mereció morir por ambicioso o es un necio que mereció morir por no saber utilizar las alas de cera con inteligencia? ¿o en realidad se  está refiriendo Walter a sí mismo? Pienso que el señor Heisenberg, en control total, está en una espiral de violencia sin freno y en el futuro veremos utilizar su inteligencia y creatividad de manera nada benévola. A no ser que lo poco que le quede del viejo señor Walter White lo evite.

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2 comentarios

    • Ginzburg el 3 agosto, 2012 a las 12:38

    Muy buena reseña, como es habitual. Sólo una pequeña apostilla: Toni Montana no utilizaba una M60 en la escena final de «Scarface» sino un M 16 con un lanzagranadas M 203. Perdón por el «cultismo» armamentístico. Un saludo.

    1. Muchas gracias Ginzburg por el comentario y la corrección referente al M60: mis años viviendo en Nevada no fueron suficientes como para distinguir un M60 de un M16 con lanzagranadas M203 :-D Se nota que hace tiempo que no juego al CoD Modern Warfare…
      Tomo nota y pronto corregiré la entrada.

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