Tras el notorio arresto por orden del FBI en Nueva Zelanda del gordo Kim «dotcom», el millonario dueño de Megaupload, como noticia portada no sólo de medios geeks sino también de prensa seria (sobre todo las ediciones digitales) e incluso en bloques televisivos en los telediarios, se produjo un fenómeno de espantada y pánico.
Otra enésima salida a la desesperada por parte de las corporaciones de la música y la industria audiovisual de EE.UU. tales como la Recording Industry Association of America (RIAA) y la Motion Picture Association of America (MPAA) con todo un espectáculo mediático tras espolear para el cierre de Megaupload a nada mas y nada menos que el FBI. Justo la misma semana en la que el congreso de EE.UU. congelaba el proyecto de las leyes Stop Online Piracy Act (S.O.P.A.) y Protect Intelectual Property Act (P.I.P.A). Qué casualidad…
Desde luego, como bien sabido es por todos (o casi todos) los internautas, el pánico se extendió por todas las www de Internet. La descarga directa se ha convertido en una forma rápida, rapidísima y muy eficiente de compartir archivos. Y el desarrollo espectacular de la pasión por las series de televisión ha desarrollado la (inaudita) situación de tener a usuarios pagando cuentas premium para descargar en pocos minutos el último episodio de Breaking Bad, Mad Men o Sherlock. ¿Pagar por descargar… en el siglo XXI?!? por supuesto… si eso ahorra horas de espera. O verlo gratis «a la vez que se descarga» por streaming en Cuevana y similares.
Como bien nos recuerda Enrique Dans en su blog en una entrada sobre el «mazazo» del cierre de Megaupload y sus consecuencias los caminos del download son inescrutables. Antes de las cuentas premium para la descarga directa estaban los BitTorrent; y antes estaban eMule y eDonkey; y al principio estaba el padre del P2P y padrino del «escándalo»: Napster. ¡Ahhh…! sólo han pasado 14 años y parecen toda una eternidad Pero por ello no hay que ponerse como muchos agoreros apocalípticos que han surgido por doquier por las redes sociales, al igual que los «falsos profetas» de La Vida de Brian (1979):
«…y los jóvenes no tendrán ni idea de dónde están las cosas que sus padres… que sus padres habían guardado allí la noche antes a eso de las ocho…»
Efectivamente: en épocas de crisis surgen revoluciones para salir del túnel (que no del pozo). De momento toca volver a los torrrents y al P2P para seguir disfrutando de las maravillosas series allende los mares que nos llegan (si es que llegan) siempre demasiado tarde a las televisiones españolas, en vista de la espantada de todas las empresas de alojamiento como Rapidshare, Wupload, Mediafire etc. que se pusieron a borrar películas y series de sus servidores al segundo de la aparición en las noticias de la detención de los dueños de Megaupload.
¿Y el futuro?¿qué nos traerá?quién lo sabe… cosas buenas, seguro
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